martes, 14 de abril de 2015

LA REGENERACION POLITICA

Para hablar de regeneración política, hay que entender primero ¿qué es la política?¿ donde nace?, ¿donde habita?,¿ quien la ejerce?,¿ quien la destruye?, ¿a quien le interesa dignificarla, y quien la manipula maneja y subyuga….?
La política dignamente escrita debería ser la capacidad de cualquier ciudadano para ofrecerse digna y voluntariamente a trabajar en la gestión y desarrollo de los bienes públicos de su comunidad más cercana, con dignidad, honradez y sentido social, con impulsos y modelos según su ideología emanada de su ente familiar y cercano, que es donde se cuecen las ideologías;  palabra maldita para algunos, puesto que solo consideran puro y digno sus convicciones más arraigadas.-
La gestión del bien común exige, participación, comunicación e intercambio de ideas, sin menosprecio de aquellas que puedan venir de los aparentemente antagonistas ideológicos nuestros.-
El miedo al cambio, el inmovilismo social, tan alentado y defendido por los poderes fácticos, que gobiernan e imponen su ley con principios ideológicos de mercado; es la causa del freno a cualquier desarrollo social.-
Aquellos tres poderes del estado de derecho, invocados tantas veces como patas de sustentación del mismo (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) han quedado tan desprestigiados por motivos propios de cada uno, que el ciudadano, actualmente víctima del desánimo y la apatía, se refugia y escuda en la descalificación por sistema de la política, huye de la expresión pública de sus ideas y reniega y critica a quien lo hace.-
Pero es éste, el ciudadano, quien tiene con la sociedad también ciertas obligaciones, que no son solo pagar sus impuestos, por supuesto que sí.- Tiene la obligación de hacerse participe de aquellos movimientos sociales y políticos, que debaten y proponen sus convecinos, como pilar de soporte de la democracia en su base.- La crítica de bar, el comentario descalificante y anónimo en redes sociales, aun siendo una posibilidad real de nuestros tiempos, solo aporta crispación y violencia.-
El estigma personal y político con el que frecuentemente marcamos a nuestros vecinos y conocidos, sin siquiera a veces cruzar cuatro palabras con él, para ayudarnos a conocerlos, es una práctica desterrada, prefiriendo la mayoría ocultarnos en nuestra mazmorra ideológica y personal inaccesible.-
Como cambia la vida y la visión de las cosas cuando uno está a un lado u otro del mostrador, de la política, de la empresa, de la asociación, de la comunidad de vecinos, etc. Etc.
Todo político nos roba, todo empresario exprime, todo sindicalista es un vago…..ese se apunta ahí para ganarse un sueldo, el otro para chupar, aquel es un arrogante, el otro un falso, y de ahí pasamos al toda mujer es prostituta menos mi mujer mi madre y mi hermana.-
Existen en nuestra cercanía personal de una dignidad y honradez manifiesta que en el momento que se postulan como candidatos a la confianza de sus vecinos o ciudadanos, para ostentar cargos públicos, pasan al bando de los malditos, y se hurga en su pasado, con la esperanza siempre cierta de encontrar alguna razón que justifique nuestro repudio.-
Y doy fe de que siempre se encuentran razones para justificar nuestra condena social, igual que encontramos razones para no ir al gimnasio, a la piscina, a correr, (aunque nos lo recete el médico); las mismas razones que encontramos para ser fieles y adictos a recibir la información de los demás que queremos recibir, independientemente de cual sea la real o la cierta, vamos a la fuente adecuada y se acabó, nos volvemos a reafirmar en nuestros cánones sociales, políticos y religiosos, oyendo lo que queremos oír y leyendo lo que queremos leer.-
Libertad ideológica, libertar de pensamiento, huyamos de las manipulaciones sin caer en otras y valoremos que todavía haya alguien que esté dispuesto a representarnos en nuestro pueblo, ciudad o comunidad, rompiendo los vínculos partidistas cerrados de antaño, de forma independiente, manteniendo y compartiendo sus ideas aún a riesgo de la crítica y el desprestigio propio y el de sus familias.-


Mariano Esteban VIdal

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