Erase
una vez… y se repite cada 30 años: “la política en España está cambiando”. Y lo
hace lenta, pero inexorablemente. Los partidos “de toda la vida” ven como se
les escapa el tren siendo incapaces de agarrar el estribo que les suba al vagón,
que ya está marchando y acelerando su ritmo de viaje. El problema es que el
ferrocarril actual no es como los abuelos antecesores de vapor, no tienen
agarraderas, o te subes o no. En la alta velocidad en la cual se ha convertido
la política española, muchos van a quedarse en la estación impertérritos,
incapaces de adquirir un billete de viaje puesto que como no hay personal no
tienen idea de cómo expandir un billete electrónico, porque pasan demasiado
tiempo recordando añoranzas y tiempos pasados, porque su equipaje es demasiado
pesado o porque están demasiado ocupados negando la realidad de un futuro
cercano o de un presente continuo, afirmando que los trenes todavía se
propulsan con carbón. Muy oscuro es el futuro perfecto que les espera.
Recientemente,
“Podemos” ha hecho una contundente demostración de fuerza, llenando la plaza de
Puerta del Sol sin ninguna causa concreta. Podéis pensar que no son tantos como
parecen o que otros movimientos sociales han convocado a más gente
recientemente, pero lo cierto es que en los últimos años no existe en los
tiempos modernos el caso de que un partido político consiga reunir sin causa
justificada a tanta gente. El hecho de que un partido político llene una plaza
únicamente apostando por un concepto político y social, como “the change”.
Eso
significa que Podemos está absorbiendo y capitalizando la forma y el alma del
llamado 15M, de sobras sabemos que la elección del escenario no fue casual y
las continuas referencias a este movimiento durante el discurso final de don
Pablo, tampoco. Con ello, este partido consigue apropiarse del concepto de
"change" muchas veces repetido pero siempre efectivo, y con mayor importancia consiguiendo generar
ilusión entre futuribles votantes, que para quien no lo sepa, es el arma más
efectiva para llegar al poder. Por ello el líder de Podemos usó repetidamente
frases emotivas para exhortación de las hordas, con la finalidad de alcanzar el
corazón de los ciudadanos que llevan sufriendo ya años la crisis y los denominados
subterráneos. Magistralmente Podemos utiliza este tipo de estrategias porque ya
no piensan en soñar, piensan en gobernar y lo más perceptible es que se sienten legitimados para ello, porque se
sienten apoyados por mucha gente y por la atrayente personalidad de su líder,
que cada vez que va a la televisión las audiencias suben como la espuma cavística.
Pero
este no es el único partido que apuesta por otra forma de hacer política. Mucho
más silencioso, otro líder lleva haciendo algo similar, aunque siendo mucho
menos renovador que Pablo Iglesias. Albert Rivera parece ser un político muy peligroso
para este país, en primer lugar, porque puede llegar muy lejos. Como candidato
electoral joven, con buena planta, renovador en su discurso, desde luego cumple
todas las normas para salir elegido. Mucho más moderado que Pablo Iglesias y
mucho menos visceral, pero sin miedo a decir al poder establecido que España
necesita un cambio. Teniendo un mensaje muy parecido al de UPyD, parece estar
poco a poco adelantando al Partido de Rosa Díez, dada la consabida incoherencia
de proponer el cambio siendo una política que lleva 30 años en cargos públicos.
Esa mochila no la lleva Albert Rivera y es por ello que tiene muchas más
posibilidades que los magentas de acercarse a la Moncloa. Pero el objetivo de
este catalán antinacionalista es asentarse en la política española, ocupando el
lugar de UPyD y, si juega sus cartas, el lugar del Centro moderado. En poco
tiempo veremos a un Pablo Iglesias gobernado y a un Albert Rivera en la
oposición, transformando juntos una España que pide a gritos enterrar la
transición y redemocratizar el país desde sus raíces. Pero la máquina del PP
todavía no ha comenzado a funcionar y lamentablemente la impresión que se
percibe es de nuevo una escisión de la izquierda en guerras internas contra la
fortaleza de un PP que mantiene el voto de sangre como mayor dogma ideológico a corto
plazo. A pesar de todo, la existencia de UPyD y la fortaleza interna del PP, y
teniendo en cuenta los continuos aguaceros que causan sus estructurales casos
de corrupción, van a hacer más difícil que esta fuerza política liberal se
consolide como tal. Porque como rumio muchas veces, una fuerza de derechas es
necesaria en España, pero debe de ser una fuerza de derechas respetuosa,
democrática, liberal y exenta de mochilas franquistas. Sea como fuere, el
tiempo dirá si mi pronóstico es el acertado o si, como ese grupo de
despistados, me he quedado en la estación preguntándome qué ha ocurrido...
Una
traspolación yuxtapuesta en nuestro municipio años ha… nos llevó a presenciar
un germen similar, PSOE entraba con fuerza en la política nacional con un líder
excepcional, y que con chaqueta de cuero y largas patillas conseguía ilusionar
al pueblo español. Hace unos 30 años la derecha histórica, dejaba la UCD y
montaba el carro del PSOE, lamentablemente muchos intereses rodearon este
movimiento estratégico con ánimos y deseos de calentar sillón en la noche de la
movida, reiterados indicios llegan a crear 30 años más tarde la misma
sensación, pero.. ¿Dónde está esa gente que debería implorar the change?. No
puede ser que las listas sean completadas con pelos canos acompañados de
emonumentos más bien elevados… ¿Dónde
está la ilusión de la juventud?... No podemos repetir errores que se cumplieron
hace 30 años y por aquella escisión que entregó el poder a AP hoy redenominado
PP, siendo coherentes nunca se alejó de dicha posición aunque con cambio de
siglas, de sobras somos buenos conocedores de aquella frase que no sale en el “Recuerdos...” pero que decía: “Hay
que estar con el que está en Madrid… y punto…”
El
tiempo de cambio ha llegado, si tú no luchas por tu cambio, nadie lo hará…