jueves, 7 de mayo de 2015

GANAR HÍJAR. Caminar es ganar.



 "Al fin y al cabo sólo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos."
Eduardo Galeano


Dicen los analistas y los grandes popes de la comunicación y la politología que estamos en un momento crucial. Los hay que dicen que se están llevando a cabo “experimentos” políticos. Los hay que dicen que hay que acabar con no sé qué régimen. Incluso, “haberlos haylos”, que su única aspiración es continuar con la aparatosidad incrédula del que brama en su sillón. A una tía mía, la llegada de la presidenta o de algún candidato que no conoce, le supone correr el riesgo de que no haya personal a la hora de costumbre para jugar la partida.

La realidad del camino diario es más sencilla, y a la vez  más complicada que todo eso. El vecino que va a comprar el pan y que cuenta las monedas con prisa. La niña que corretea en la plaza. El paisano que entra a tomarse un carajillo y ojea (de bislai) las noticias con la que la prensa nos alimenta.

Las épocas de cambio nos enfocan hacia metas que todavía no conocemos. Por eso nos crean cierta inquietud en el alma. Los hay que, acostumbrados al miedo, se refugian en su caparazón. Los hay que caminan haciendo del día a día su meta para llegar al cambio.

Recuerdo lo que me dijo, hace ya un par de décadas, el que entonces era mi jefe en un local de nuestra tierra. Yo trabajaba de camarero con un amigo. Nunca he sido ni el mejor ni el peor trabajador, pero algo “zarpas” si que he sido. Mi amigo y compañero se reía de vez en cuando de que rompiese algún vaso. Una noche mi jefe le contestó como quien no quiere la cosa: “La verdad es que sólo rompen los vasos los que los llevan y manejan”. Mi amigo no entendió el comentario y siguió a lo suyo, que no era mucho.

Que la realidad actual es complicada todos lo sabemos. También es cierto que, si no cometemos errores y rompemos algún vaso, difícilmente llegaremos a ningún sitio. Caminar es ganar. Y sólo el que camina es imprescindible. Lo imprescindible siempre se refiere al grupo, al equipo. En solitario no somos nadie; no somos nada. Pero en equipo todo el engranaje es imprescindible. Y un solo engranaje que se quede viendo la tele o discutiendo en el bar impide que el reloj se ponga en marcha.

Lo que llaman nueva forma de hacer política es en realidad más viejo que el hombre. Y es que ven más dos ojos que uno. Más dos cuatro. Y así sucesivamente.

El interés general es una panacea donde todo el mundo se refugia.

Y aún así el camino se tropieza con los tópicos, utilizados a su vez como arma maestra del despropósito. El mismo argumento nos sirve a unos u otros para posicionarnos en las antípodas de la inteligencia.

Cuentan del viejo Rabino que en un caso salomónico entre una pareja les dijo que ambos tenían razón. .. pero que ninguno tenía la verdad.

En el viejo pueblo donde jugamos y crecimos las cosas transcurren despacio. Los cambios vienen en los momentos más inesperados. Pero el camino para ganarlo lo construyen los que dan el paso decisivo.
En el viejo pueblo donde queremos vivir y morir para dejar un rastro de nuestra existencia los minutos se nos crecen y las horas son eternas. Seguirá saliendo el sol. Alumbrará los pequeños saltos de nuestros hijos. En la mano de todos está vestir de esperanza los claros de las victorias y los vasos rotos de nuestras derrotas.



Victor Guiu


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