jueves, 12 de septiembre de 2019

LA CIUDAD DEL MOTOR

Otro mes de septiembre más que el Bajo Aragón histórico se verá invadido por motos y moteros en la semana del Gran premio de moto GP a celebrar en La ciudad del motor de Alcañíz.

Miles de motos, cientos de coches, miles de personas invadirán nuestros pueblos, o quizás no tanto, nuestras carreteras, nuestro modo de vida.  Algunos, no muchos, hacen el agosto en el mes de septiembre con sus negocios legales y algunos, porqué no decirlo, no tan legales.

El ruido de los motores invade nuestras vidas y consigue, en no pocos casos, hacernos olvidar de los problemas diarios.  Hacernos olvidar de la A68, de la subida de agua desde el Ebro, del desmantelamiento de la térmica de Andorra, de la inseguridad creciente en nuestros pueblos, del hospital de Teruel, y por supuesto, del hospital de Alcañíz.

Eso sí podemos presumir de algo muy importante, muy importante, tenemos un circuito de velocidad, tenemos La ciudad del motor de Alcañíz.  Porque además de hacernos olvidar todos los temas anteriores seguramente conseguirá resolverlos, o no?

Pues la verdad es que no, que llevamos muchos grandes premios de moto GP y nada ha cambiado en nuestra tierra baja.  Seguimos sin conseguir que se desdoble la N232, y me temo que nunca lo conseguiremos.  Seguimos oyendo hablar de la subida de aguas del Ebro hacia Samper, hacia Andorra, hacia nuestra tierra seca y dura, y me temo que seguiremos igual mucho tiempo. Seguimos oyendo hablar de los planes de reindustrialización de Andorra y su comarca para paliar el cierre de la térmica, pero poco o nada se ha conseguido.  Seguimos sintiendo en nuestras carnes la inseguridad en forma de robos o violencia gratuita en nuestros pueblos, y poco o nada se ha hecho.  Seguimos con las obras del nuevos hospital de Teruel al ralentí y, por supuesto, seguimos con las obras del nuevo hospital de Alcañíz paradas, o casi, o bien supeditadas a pleitos interpuestos por las empresas adjudicatarias.

Estamos demandando servicios, servicios de calidad, como no puede ser de otra forma.  Pagamos los mismos impuestos que el resto de los aragoneses y sin embargo tengo la impresión que recibimos muy poco a cambio.
La ciudad del motor de Alcañíz es un pozo sin fondo, donde año tras año desaparecen millones de euros provenientes de nuestros impuestos.  Los bajoaragoneses no podemos quedarnos de brazos cruzados saboreando “el chocolate del loro” que supone esta infraestructura, tenemos que defender nuestros derechos y pelear por mejorar los servicios que recibimos para poder seguir viviendo en nuestros pueblos.

Manuel Gómez
Ganar Híjar

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