A estas alturas de la película uno ya está curado de
espanto. En la última legislatura hemos oído hasta la desazón la palabra
confluencia, ayuntamientos del cambio, etc…
Hace casi cuatro años muchos políticos y ciudadanos
independientes, viendo la posibilidad de generar en la provincia de Teruel una
estructura lo menos piramidal posible, nos subimos al carro e impulsamos una
candidatura formada por IU, la mayoría de miembros de Podemos y algunos grupos
de independientes que necesitábamos un respaldo y a la vez una marca provincial
que aglutinara distintos pareceres en un proyecto más o menos común. Algunos de
los integrantes, por no mentir, ya habíamos participado en mayor o menor medida
en CUIZ (Ciudadanos por la Unidad de la IZquierda).
La propuesta resultante fue y es enriquecedora. Ganar
Teruel generó numerosas candidaturas y más de treinta concejales, además de
algunos alcaldes. Lo más positivo de la candidatura era la independencia de
actuación que cada agrupación local tiene en su población.
La diversidad no impedía que hubiese una unión y un apoyo
real en las distintas reuniones que iban sucediendo; unión necesaria pues
contábamos con dos diputados provinciales y algunos consejeros comarcales en
distintas comarcas de la provincia.
Como vimos que la cosa iba funcionando y, visto que los
partidos de izquierda se ponían manos a la obra en su propia coalición,
quisimos dar un paso adelante para poder tener una representatividad política
propia como colectivo, una voz propia, un impulso desde los que nos batíamos el
cobre en esta provincia en la cual nos conocemos todos y, en teoría, poco nos
debería importar lo que digan en Zaragoza o en Madrid. En el mes de enero de
2018 se impulsó una declaración en la que Ganar Teruel quería impulsar por un
lado, la inclusión a toda costa de CHA en la confluencia general en autonómicas
y municipales, pues en Teruel somos cuatro gatos y no tiene sentido ir cada uno
por su lado. Tras la negativa de CHA (solo
de unos cuantos) nos vimos con las manos atadas y ni CHA, ni Podemos (que todo
lo fagocita), ni IU quisieron o pudieron trabajar en serio. Estaba clara la
jugada y a nosotros, los “ningundis” del sur, ya veríamos que nos dirían en su
día cuando les interesase. Por otro lado, se acordó y firmó por todos los
concejales exigir a IU y a Podemos que mantuviese la marca de GANAR, pues no
tiene sentido no mantener algo que funciona, además de intentar no marear a la
población, ni marear la perdiz, ni
querer como pretenden algunos miembros de Podemos, partir absolutamente de
cero. .. Y para ello les emplazábamos a una serie de reuniones y a manifestarse
por escrito con unos meses de plazo al respecto con el riesgo de poder ir por
libre en un momento dado.
Asistimos a algunas reuniones con los cargos de ambos
partidos en los que la sensación fue como la que tenía Paco Martínez Soria en
las películas. Éramos muy majetes, teníamos que tranquilizarnos, se estaban
tendiendo puentes y no nos teníamos que preocupar porque todo iba a ir de lujo.
Quedó claro a primeras de cambio que no éramos ni En Comú ni Ahora Madrid.
Éramos cuatro y ambos partidos sabían que íbamos a subirnos al carro de lo que
al final decidiesen, sobre todo pensando en sus militantes. Incluso se permitieron
ciertas lecciones de primero de primaria de política cuando estaban hablando
con gente más que resabiada en estos temas.
Como algunos ya preveíamos, el manifiesto de La Hoz de la
Vieja quedó en papel mojado.
A lo largo de estos meses los pasos han sido los que han
marcado los dos partidos de la futura (que todavía no segura) coalición. Como
era de esperar, IU y Podemos celebraron primarias con el objeto de negociar
luego cómo construir las listas autonómicas. Por supuesto, ninguna entidad o
político independiente ha participado en el proceso. El siguiente paso será
decidir entre ambos los puestos y el número de salida dependiendo de las
fuerzas de cada uno, de los resultados pasados, de los resultados previstos y
de las listas cremallera. A eso habrá que sumar cómo se estructuran las
justificaciones, los pagos, los posibles diputados provinciales y cómo se
elegirán a los liberados. Todo eso, según se nos comunicó desde las ejecutivas
autonómicas, hay que hablarlo y hay que dejarlo bien claro en ese proceso en el
que algunos no participan. Y por último a ver dónde meten a los del manifiesto
de La Hoz y a algún independiente. Que se vea que son confluyentes y tal… Por
ese orden.
Pues bien, hasta ahí todo normal. Dos partidos que se
juntan para coaligarse. Que le llamen coalición pero que no le llamen confluencia.
Ante la queja de las únicas dos candidaturas independientes
de Ganar Teruel, Aguaviva e Híjar; la respuesta de los partidos a coaligarse
fue que no se podían mezclar las candidaturas autonómicas con los movimientos
municipalistas. Pero eso sí, la nueva nomenclatura de Ganar Teruel debería, por
interés autonómico, incluir el apellido que la coalición autonómica nos dijese
¿En qué quedamos?
La pequeña movilización que se acordó en La Hoz, como
caldo de borrajas, se diluyó enseguida. Para ello el trabajo de los fontaneros
de los partidos fue crucial. Pero también quiero dejar clara una cosa. No todas
las organizaciones han actuado de igual manera, ni mucho menos. Por una parte
tenemos a IU que, en Teruel, ha tendido los puentes como ha podido esperando
siempre una señal de Zaragoza que, desgraciadamente, nunca llegaba con
suficiente rotundidad porque Podemos marca y marcaba la pauta y los tiempos. Así
que desde aquí, nuestro agradecimiento a las gentes de IU Teruel.
Por su parte, Podemos, incluso antes de que les crecieran
los enanos (solo les falta que se divorcien Irene y Pablo) ha actuado de manera
errática, pero sobre todo, ha actuado desde un punto de vista prepotente que
nadie entiende. Podemos consiguió con las confluencias municipales hacerse
visible en todos los municipios de Ganar aunque nadie fuese de su partido.
Marcó las pautas políticas en muchas ocasiones “sin estar estando” y, aunque
nos pese a muchos, la ciudadanía nos relacionaba con ellos sin tener nada que
ver. Se comió el pastel entero sin necesidad de figurar como partido en la
coalición que hubo que hacerse para la denominación Ganar Teruel. Ahora, que ya
han copado el protagonismo y que han participado desde el minuto 1 en todo, no
se conforman y pretenden hacernos ver que no habían estado.
La decisión de La Hoz de la Vieja en 2018 tenía como objetivo que tres meses antes de
las elecciones no andásemos preocupados de cosas superfluas porque Ganar Teruel
se había construido como una entidad propia y cohesionada. Ahora, a tres meses
de las elecciones, Podemos sigue jugando a estrategias en una provincia donde,
repito, somos cuatro y todos nos conocemos, mientras IU tiene que tragar sapos
y culebras para intentar llevar la confluencia adelante.
Pero llega el tiempo de las decisiones, de los
compromisos, y ninguno de los independientes que hemos participado en Ganar
Teruel vamos a poner por delante los intereses de los partidos que forman la
coalición por el de nuestros votantes a nivel municipal. En las propias
palabras de Podemos no debemos mezclar municipalismo con elecciones
autonómicas.
La decisión de los independientes está tomada, que luego
no nos acusen de nada cuando el mandato asambleario de la Hoz quedó más que
claro.
Somos cuatro sí, pero tenemos nuestro corazón, nuestro
orgullo y nuestra ilusión. No somos el relleno de nadie, ni la voz de Zaragoza
y Madrid.
Víctor Guiu Aguilar.
Concejal Ganar Híjar
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