A lo largo de la legislatura, e incluso antes, no es la primera vez que hablamos de la figura del alcalde ausente.
Desde que nuestro alcalde intentó hacer carrera política más allá de ser vicepresidente segundo de la DPT, el objetivo principal de su gestión ha parecido ser siempre más personal que colectivo. Esta afirmación no es nueva. Como tampoco es nuevo, pues es de sobras conocido, que su posición siempre ha dependido de su victoria electoral en las elecciones municipales de Híjar.
No es algo nuevo, como decíamos, tras ser relegado legislatura tras legislatura en las listas de cortes autonómicas, nacionales y senado durante más de 20 años.
Es curioso como el Partido Popular durante las últimas campañas electorales, ha cargado contra candidatos de otros partidos como PSOE y GANAR porque, decía, sus candidatos no vivían en el pueblo. Y eso, que era solo verdad a medias, se difundía por sus círculos calando en la gente.
Lo que no parece para nada razonable es que sea dicho partido el que critique eso cuando todos los ciudadanos del pueblo saben que desde que puso sueldo a su teniente alcalde el alcalde ha estado más ausente que presente en nuestro pueblo. Ausente de la realidad diaria, pues sus muchos "quehaceres" se lo impedían. Esto hubiese resultado muy rentable para el pueblo si ese tiempo lo hubiese invertido en promocionar nuestro pueblo, captar empresas, plantear proyectos de desarrollo en nuestra localidad... Lamentablemente, su interés, como decíamos, parecía ser otro.
Pero aquí debemos de hablar de sus "no ausencias". Es decir, el alcalde no está (y muchas veces ni se le espera) pero, curiosamente, no deja mover ni un hilo del ayuntamiento si no es con su permiso. Nos preguntamos por tanto para qué necesitamos dos sueldos públicos si el teniente alcalde se ve incapacitado una y otra vez por su líder para plantear actuaciones y resoluciones a nivel municipal. ¿No sería más lógico que tuviera unas mínimas competencias para poder actuar rápidamente y poder colaborar con otros grupos y entidades por el bien del pueblo?. Creemos que eso sería lo deseable, desde luego, pero no es lo que ocurre. Eso sí, qué bien viene un teniente alcalde como escudo que te proteja de los golpes, quejas y propuestas de la gente. Y si el teniente alcalde tiene poco margen de maniobra, se pueden imaginar cualquier concejal raso. Algo curioso cuando cualquiera puede observar que personas ajenas al ayuntamiento, aunque no ajenas al PP, parece que influyan más en la gestión política del alcalde que su propio grupo de gobierno.
Porque la gestión del municipio no son solo obras y ladrillos. Una buena planificación y tener unos buenos concejales presentes y con capacidad de decisión y de negociación con el resto les aseguro que siempre será mejor para que nuestro pueblo tire adelante.
Víctor Guiu, concejal de Ganar Híjar.
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