En estas últimas semanas desde la constitución de los
nuevos entes comarcales hemos oído y leído mucho sobre la necesidad o no de la
existencia de las comarcas.
En las noticias relativas a las comarcas lo más
destacado, por lo menos lo más discutido, ha sido los incrementos salariales de
presidentes, vicepresidentes y
consejeros; por encima de los posibles pactos que han dado lugar a la formación
de mayorías en dichas entidades.
Siempre es muy discutible empezar una nueva legislatura
aumentando los salarios de los políticos que forman parte de los consejos
comarcales, y en algunos casos con razón.
Dichos incrementos deben verse siempre desde el contexto de la carga de
trabajo que supone ponerse al frente de una comarca.
En esta legislatura vuelvo a ser consejero del Bajo
Martín por Ganar Bajo Martín y pondré como ejemplo el funcionamiento de mi
comarca.
En esta comarca hemos aprobado los salarios del
presidente y la vicepresidenta, sin haber aumentado un solo céntimo la cantidad
dedicada en el presupuesto comarcal de la pasada legislatura.
Así mismo se rebaja a 42 euros la cantidad que se abona a
cada consejero por asistir a los consejos comarcales, debido a la aplicación de
una mayor retención establecida por ley.
Estos son los únicos sueldos destinados a los políticos,
a los integrantes del consejo comarcal, ni más ni menos.
Son muchas las competencias propias de las comarcas,
muchas las áreas de trabajo que abarcan.
Un abanico que va desde la asistencia social, la psicóloga, la educadora
social, el técnico de deportes, la agente de desarrollo local, etc. Todos estos profesionales desarrollan áreas
de trabajo muy importantes para los habitantes de la comarca, sobre todo por su
cercanía. Difícilmente se podrían
gestionar estos servicios desde los ayuntamientos, por la imposibilidad de
contratar tantos profesionales, como desde las diputaciones porque se perdería
el factor cercanía que hace que dichos servicios sean lo más efectivos
posibles.
Estos profesionales llevan a cabo su trabajo con la
gestión política de los consejeros, intentando dotarles en cada momento de los
medios que necesitan para ello.
Se puede dudar de la capacidad de las personas que
formamos parte del consejo comarcal, pero en ningún caso se debe hacer de la
buena fe y del trabajo que desarrollamos para intentar dotar de los mejores
servicios a los habitantes de nuestros municipios.
Manuel Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario